jueves, 28 de marzo de 2013

La historia de una nave llamada... [Por Laura Ferrer]


Erase una vez un capitán de barco con un largo historial a sus espaldas, dicho capitán había sido marinero, oficial, oficial de puente, y atesoraba numerosas aventuras y odiseas en los distintos y largos trayectos que había llevado a cabo. 

Un día un conocido armador decidió contratarlo, el armador había fracasado en la gestión de sus naves y no era querido por la población, demasiados cambios de tripulación, entre otras cosas, aunque siempre al final lograba llegar a buen puerto…

Dicho capitán se encontró con una nave que la estructura necesitaba estabilidad y el armador no la daba, se encontró con una tripulación alicaída, cansada, deprimida porque veían que el barco se iba a la deriva… el capitán decidió tomar las riendas del proyecto no sin antes pensar “Madre mía dónde me he metido”.

Lo primero era dar un vistazo a la nave, y fue deprimente, la cubierta, el puente, el pasamanos, el cañón, el casco, la proa y la popa, toda la estructura presentaba averías importantes y además se necesitaba personal cualificado……

La tripulación parte vital en el trayecto a emprender, estaba confusa, los remeros, los oficiales, sobrecargos y demás miembros eran un tantos incrédulos, no creían en si mismos, les quedaba un trayecto largo, lejano y pleno de dificultades ¿Sería capaz el nuevo capitán de revertir la situación?.

El capitán empezó a mover ficha, reunió a toda la tripulación y lo primero que pregunto “¿Hay alguien que quiera abandonar en este momento?”, quiero a gente implicada y que crea que podemos arreglar y sacar esta travesía adelante; es un viaje complicado en el que vamos a tener muchas dificultades, primero hay que poner a punto la nave, ponernos en marcha y una vez en alta mar, tenéis que saber que vamos a encontrarnos con tormentas y tempestades y quizás asaltos de elementos y barcos piratas, es hora de decidirse y si estáis dispuestos a luchar por llegar a puerto”. Gran parte de la tripulación se comprometió y dio el SI, el capitán consideró contratar algún puesto vital para empezar la puesta a punto.

La población o parte de ella no lo veía tampoco nada claro, cuando miraba el aspecto que presentaba el navío daba nulas posibilidades, incluso para empezar el trayecto……

¡Vamos, vamos todos a cubierta, tú y tu al pasamanos, vosotros al puente y a la quilla, tenemos poco tiempo!, decía el capitán.

Tras arduos trabajos se logró salir a alta mar, primeras dificultades “Mi capitán, hay una vía de agua en proa, que hacemos”. El capitán daba órdenes pero sobre todo transmitía seguridad y serenidad, más de una vez tuvo que poner firmes a toda la tripulación, sobre todo un día cuando al atracar en un puerto se relajaron demasiado, aquel fue el comienzo de la reacción, toda la tripulación entendió el mensaje y empezaron a remar y a remar con seguridad, con solvencia apoyados por toda la población, y todos empezaron a creer que su nave de toda la vida lo iba a conseguir, al grito de “Si se puede”.

El capitán gozaba de una credibilidad enorme, además lo mismo dirigía el barco, que hacia la comida, que disparaba el cañón, de todo era capaz……….

Llego el gran día, toda la población acompaño a la nave en su última etapa, banderas, emblemas, camisetas, todo lucia de azul y blanco, de color avispa, los corazones habían resistido hasta ese momento, faltaba un último esfuerzo y con la UNION se logró. Cuando la tripulación del barco levó anclas todos los celebraron, hubo lágrimas y vítores pero sobre todo para el capitán, él lo había logrado, el milagro se había consumado.

La tripulación también había contribuido y mucho, y sobre todo la sufrida población que había apoyado hasta la extenuación.

Aquella travesía había tocado a su fin, el capitán con honores recibió del armador la confianza para empezar otro proyecto con garantías, la nave sufrió cambios y todo empezó con ilusión y buenas vibraciones. Las primeras etapas se cerraron con éxito todo hacía presagiar que esta vez la nave no iba a sufrir, pero tras un descanso y regresar al trabajo, empezaron a surgir los problemas, bajas en la tripulación, más de algún “pirata” que se llevó algún que otro tesoro, algunas averías, unas producidas por el propio rol y otras externas empezaron a sembrar las dudas y la zozobra. El capitán empezó a ser cuestionado por algunos miembros del entorno, la tripulación NO, ellos lo tenían y lo tienen claro “Creemos y nosotros con la ayuda de nuevo de todos, tenemos que sacar esto adelante”. “Nuestro capitán esta fuerte y seguro”.

Nadie dijo que fuera fácil, ni que lo vaya a ser pero el espíritu del “Si se puede” debe volver para de nuevo llegar a buen puerto, y se va a conseguir.

“Cuando de verdad se tienen ganas de llegar a la meta no importan ni la distancia ni los obstáculos que encuentras en el camino”.

Laura Ferrer- Una nave llamada “SI SE PUEDE”

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo contigo Laura.
    Hoy más que nunca debemos estar unidos, equipo y afición.
    Y por supuesto que SÍ SE PUEDE.
    !!!AUPA REAL ZARAGOZA SIEMPRE!!!

    ResponderEliminar

¿la conoces?