miércoles, 4 de septiembre de 2013

QUERIDO GROUCHO...

Soy un marxista convencido. He convertido algunas de tus citas en máximas para mí, sobre todo las relacionadas con los libros. No hay mayor verdad que, fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre, y dentro del perro probablemente está demasiado oscuro para leer.
También soy un zaragocista convencido, pese a todo. Y digo pese a todo porque mi Real Zaragoza se ha empeñado en convertir en máxima otra de tus citas, aquella en la que nos decías que partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de miseria. Ahora mismo el “miserómetro” está que se sale en la capital del Ebro.
Tras varios años flirteando con el desastre, en la última temporada se consumó el temido descenso, Groucho. Y no te lo vas a creer, pero lo que a todos los aficionados nos parece un castigo al infierno futbolístico, resulta que para el dueño del club (perdón, sociedad anónima deportiva, que ahora los que mandan en el deporte son abogados y leguleyos varios) es una bendición.

Se libra de pagar los próximos plazos de la monstruosa deuda que él mismo generó en su afán de amasar beneficios para sí a costa de arrasar las cuentas de la entidad, aplicando casi una política de tierra quemada. Para colmo la Liga le premia con un fajo de millones de euros para contrarrestar el golpe que supone el descenso de ingresos asociado al descenso de categoría. Vamos, todo ventajas.
Como el equipo le importa menos que un comino, el dueño decide traerse como segundo de a bordo a alguien que es más destructivo que tus hermanos Chico y Harpo juntos: Jesús García Pitarch. Entre sus atribuciones destacan las de despedir a media plantilla usando el fajo de millones para pagar las indemnizaciones, dejando así espacio a nuevos paquetes que se ficharán para alegría de su bolsillo y del bolsillo del dueño, que recibirán sus merecidas comisiones.
Por desgracia para ellos, la malvada LFP les impide fichar a diestro y siniestro porque les obliga a cometer el horrible crimen de mantener las cuentas saneadas. Y como muy pronto se acaba el dinero para fichar (incluso aunque se fichen paquetes), desde el club recibimos los vituperios de un zaragocista de pro, que nos recuerda a todos los que no nos hemos abonado que somos unos antizaragocistas, así, con todas las letras.
El propio Pitarch nos amonesta a los zaragocistas recordándonos que, tan solo con que 3000 de nosotros nos abonáramos, se podría fichar a un jugador más. En conclusión, que la culpa de que no lleguen fichajes es nuestra y de nadie más, ¡antizaragocistas, que somos unos antizaragocistas! Y para rematar nuestro oprobio, tras el mercado de fichajes, nos dice que hay que disfrutar del año en Segunda, que los años anteriores no existen y que no pensemos en el que viene.
Groucho, a mí esto me da muy mala espina. ¿Que los años anteriores no existen? De modo que la desgraciada gestión del dueño no es responsable de la situación actual, con deuda inmensa, en Segunda y con una plantilla para pelear por no descender… y perecer en el intento. ¿Que no pensemos en el año que viene? A ver si va a ser que no hay futuro, y que la desaparición del equipo está a la vuelta de la esquina… Total, poco más le queda por rapiñar al dueño.
Mientras, el segundo de a bordo realiza eficaces limpiezas en el club, y no solo en el ámbito deportivo. Despide a gente válida y trabajadora (sí Groucho, aunque no te lo creas, también había gente así en el club hasta hace unas pocas semanas), y asienta a sus colaboradores en los puestos de responsabilidad. ¿Que cuánto cobran? Pues no poco, y a ellos no les dice la LFP que se recorten el sueldo, mira tú por dónde.
Ya ves cómo están las cosas. El dueño trajo la nada a este equipo histórico, ninguneando sus símbolos y éxitos, emponzoñándolo con desprestigio, y posiblemente gastando dinero solo para comprar partidos que permitieran seguir en la máxima categoría un año más. Su primer fichaje fue un argentino, como el último, pero no se parecen ni en el blanco de los ojos. La más alta cota de miseria sigue creciendo y creciendo, y cuando nos despeñemos por ella no habrá solución, será el fin.

Este sábado tendremos el oprobio de jugar ante las cámaras de la tele para que todo el país se ría de nosotros. Querido Groucho, hago mías de nuevo tus palabras al decir que la televisión es muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me voy a la biblioteca a leer un buen libro. Eso debería hacer yo el sábado, pero maldito sea mi zaragocismo, que me impele a ver los partidos de mi equipo. Pero te prometo que tendré el libro a mano, por si me puede la tentación y apago la tele pese a todo. Ya te contaré. ¡Un abrazo y saludos a tus hermanos!

3 comentarios:

  1. parate muchacho!!!
    que tenemos una plantilla para no descender y perecer en el intento???
    supongo que este articulo tengo que entenderlo como una broma de mal gusto aunque no sean los santos inocentes no????

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  2. Me parece que Zico ha dicho verdades como puños

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  3. Por desgracia comparto la opinión del segundo anónimo.
    Digo por desgracia porque me gustaría que todo fuese una broma, que nuestra situación, nuestra plantilla, fuese otra, pero no, la plantilla es mala, el dirigente peor y la situación económica penosa.

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