miércoles, 19 de marzo de 2014

Felicidades mi pequeño, [Por Erika Insa]

El 18 de marzo de 1932 nacía una ilusión, un sentimiento, un escudo, unos colores, un equipo, un club. 
82 años después, celebramos su aniversario en el peor momento posible, con un descenso a segunda B y posible desaparición del club acechando continuamente. 
Con jugadores que recorren los campos de la segunda división arrastrándose por ellos, embarrando la camiseta que muchos queremos. 
Son 82 años de historia, 82 años de alegrías, de tristezas, de derrotas, de lecciones, de ascensos, de descensos, de Copas, de finales ganadas, de finales perdidas. 

Felices 82 años, mi pequeño. 

Felicidades a lo único que consigue hacerme llorar, reír, enfadarme y jamás rendirme, felicidades a quien me enseña a no bajar los brazos, a continuar luchando. 
Felicidades al que es el club de nuestra vida, al que queremos más que a nada del mundo. Porque ser de otro equipo nos parece imposible, porque llorar por otro equipo es inadmisible.

Actualmente, dueles. Dueles como mil heridas abiertas y sangrando. 
Dueles porque vemos que mueres en nuestras manos y muchos continúan sin hacer nada. Dueles porque te queremos. 
Y pese a tanto dolor, pese a tantas lágrimas de tristeza, ser zaragocista es una de las cosas más hermosas que existe y jamás sería capaz de cambiarlo por ninguna otra cosa. 

Puede que ahora estés secuestrado, puede que estemos viviendo durante siete años los peores momentos a tu lado, quizá el fin nos acecha tanto que al final acabará cumpliéndose pero entre todos, y sólo entre todos y con todo el esfuerzo que muchos hacen diariamente, lograremos que vuelvas a ser lo que eras antes. 

Volveremos a ver un Real Zaragoza libre, un Real Zaragoza campeón. 
Los más pequeños serán capaces de ver ganar a su equipo, los más mayores volverán a disfrutar como lo hacían antaño. 

Felicidades, porque aunque estés herido de muerte y muchos se hayan ido de tu lado, yo jamás me iré, aún así pienso quedarme hasta el fin, hasta que ya no de para más.
 “Te apoyaré cuando menos lo merezcas porque será cuando más lo necesites”. 

Gracias por tanto, por todo. 
Porque gracias a ti formamos una familia y, como todas las familias, pasamos por buenos y malos momentos. 
Gracias porque seguimos vistiendo orgullosos tu camiseta, defendiendo tu escudo, llorando tus victorias y tus derrotas, gritando de dolor y de angustia, celebrando tus goles. 
 
Porque ser zaragocista es complicado (nadie dijo que las cosas fuesen a ser fáciles) y duele muchísimo más de lo que parece, y aún así te amamos y te defendemos y daríamos todo por ti. 

“Gracias, papá, por ser del Real Zaragoza”. 

Felices 82, mi corazón

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