martes, 4 de noviembre de 2014

Un Tenerife monumental [La crónica desde el rival] con vídeo

En el diario canario www.laopinión.es hablan así del partido Real Zaragoza - Tenerife.

El equipo blanquiazul firma el mejor partido a domicilio de los últimos años y se impone al aspirante Zaragoza con una actuación colosal


Real Zaragoza 2 - CD Tenerife 3

Cambios Zaragoza:
Whalley; Fernández (Diogo, 75´), Rubén, Vallejo (Lolo, 63´), Cabrera; Jaime, Dorca, Ruiz de Galarreta, Eldin (Tato, 70´); Willian José y Borja Bastón.

Cambios CDTenerife:
Roberto; Javi Moyano, Carlos Ruiz, Hugo Álvarez, Cámara (Igor Arnáez, 61´); Aitor Sanz, Ricardo León, Vitolo, Cristo Martín; Suso Santana (Maxi, 86´) y Diego Ifrán (Aridane, 78´).


Goles: 0-1 (15´): Diego Ifrán. 1-1 (25´): Rubén. 1-2 (55´): Vitolo, de penalti. 1-3 (67´): Diego Ifrán, de penalti. 2-3 (73´): Borja Bastón.
Árbitro: López Amaya, del Comité Andaluz. Amonestó a Rubén, Borja Bastón y Dorca, y a los visitantes Vitolo y Aridane.
Incidencias: Encuentro disputado en La Romareda, aplazado al lunes por la huelga de trabajadores en el Real Zaragoza, ante unos 16.000 espectadores.


Asomó por La Romareda un nuevo Tenerife. Brillante, rotundo, atrevido. La de ayer en Zaragoza fue una de las exhibiciones del representativo fuera de casa más completas que se le recuerdan. Una victoria de cabo a rabo, sin pegas ni peros, forjada en el esfuerzo colectivo pero también en una nueva forma de jugar. Si parecía que Cervera había dado con la tecla, lo confirmó ayer, a las orillas del Ebro. El triunfo tiene doble mérito porque se conquista una de las plazas más complicadas de la categoría (3-0 el año pasado), pero sobre todo por el estilo con el que se logra. Lo que hace un par de semanas eran negros nubarrones, ahora son rayos de esperanza.

La lección de fútbol (y de valentía) empieza en la apuesta del entrenador, a quien hay que asignar la notable cuota de mérito que le corresponde. Cervera ha pasado de cuestionado a reforzado a través de una fórmula sorprendente. Pero que da resultados. Decidió añadir al fortalecimiento del mediocampo (con Ricardo acostado a la derecha) la reubicación de Suso en un perfil donde hace más daño. Y funcionó. Lo primero desahoga a la defensa y lo segundo eleva todavía más la peligrosidad de Ifrán, que encima está que se sale. El momento dulce del uruguayo volvió a ratificarse anoche. No solo firmó su primer doblete en España. Es que además estuvo soberbio.

Ya los primeros compases de la contienda permitieron adivinar por dónde irían los tiros. Mandón el Tenerife, enseñó tanto fútbol como en ninguno de sus partidos anteriores. Osado pero coherente, el grupo isleño empezó a encadenar motivos para la fe con una actuación esplendorosa. Y poco a poco fue minando a un rival de alcurnia que, hasta ayer, estaba invicto en su feudo.

La Romareda asistió a la confirmación del Tenerife pero también a la de su fichaje estrella. Resultó letal Ifrán ya en su primera aparición, un sombrero sobre el portero que culminó con un disparo sublime. Casi sin ángulo y prácticamente en la línea de fondo, su chut cruzado fue tan bello como imponente. Ponerse por delante era tal vez lo más difícil y lo logró el charrúa con un golazo. En teoría, el partido cambiaba. Y obligaba a los locales a dar un paso más. El caso es que la reacción zaragocista tuvo efecto y, en la mejor de sus especialidades –el balón parado–, empataron los maños con gol de Rubén. El desatino fue colectivo pero quedó señalado Roberto, que pudo hacer más.



Fue entonces cuando cobró una nueva dimensión la hazaña de los blanquiazules. Porque no es que ganaran, es que además se adelantaron dos veces. La mejor noticia de los 90 minutos fue que el tanto anfitrión apenas hizo daño. Se levantó y se puso de pie el representativo, que aún tenía fútbol para dar y tomar. El rato que vino a continuación fue el más sobresaliente en mucho tiempo. Un espectáculo. Y faltaron solo milímetros para que trajera consigo el 1-2. La distancia fue mínima y fue la madera la que privó a Suso de firmar el gol, a solas con Whalley. Con Ifrán a su vera, el tinerfeño optó por chutar y casi tiene suerte.

Con esta decoración, a la actuación primorosa del Tenerife solo había que darle carrete para que los goles llegaran. Bajó un pelín el pistón en la segunda mitad, en cualquier caso notable, y las noticias felices no se demoraron mucho más. Esta vez, desde el punto de penalti. Otro valiente (el árbitro López Amaya) concedió hasta dos penas máximas a favor de los visitantes –lo cual dice mucho de su honestidad– y se las repartieron Vitolo e Ifrán, que casi sentencian. Al partido, que fue una gozada, le puso intriga y suspense el tanto de Bastón que dio vida al Zaragoza. Pero quien revive realmente es el Tenerife, que emerge con esta nueva versión y da alas a sus sueños. Así, sí.

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