Una vez que el descenso es casi un hecho creo
que es el momento de hacer una constructiva autocrítica en todos los niveles
del Zaragocismo militante puesto que tras cerca de 80 años de historia del Real
Zaragoza tras la fusión del Iberia S.C. y Zaragoza C.D. en los que la
inmediatez de los resultados no permite vislumbrar la realidad de manera
objetiva. Supongo que todo lector entiende que una crítica no tiene el significado
peyorativo que representa en el coloquialismo de esta cuando en realidad en el
castellano supone que pueda tener aspectos positivos y negativos. En mi anterior artículo anticipaba que iba a
realizar un monográfico del Estado del Zaragocismo desde el respeto más
absoluto y en base a mi particular y humilde punto de vista por lo que ahora
sí, aquí comienza.
Real Zaragoza, pasión de toda una afición |
ACTUALMENTE nos encontramos ante un Club en
la ruina económica, con escaso valor deportivo y apenas simpatía social que se
traduce en una desconocida situación difícil de asimilar en un equipo maño que
servía de ejemplo en las tres materias citadas y más importantes de un club
deportivo. Por el contrario, ahora mientras se ha deshecho de casi todas sus
posesiones materiales como la pastilla
donde se encuentran las oficinas mientras que la plantilla del primer equipo se
está viendo devaluada progresivamente a año a año mientras entran y salen
jugadores a causa de malas decisiones deportivas dentro de la coyuntura
económica en la que se encuentra el Real Zaragoza realizadas por las personas
escogidas por el máximo accionista y él mismo.
ESTRUCTURA DEPORTIVA
Desde la llegada de Agapito Iglesias no se ha
realizado un plan adecuado (si es que alguna vez lo ha habido) de
revalorización de la cantera e inversión en futbolistas en propiedad que
mejorasen lo existente. En la Ciudad Deportiva se han ido cesando de forma poco
elegante a profesionales para dar cabida
a a entrenadores poco cualificados y así poder dar entrada a jugadores
apadrinados. No se ha promovido la formación de un grupo de futbolistas
arrraigados en la ciudad y que echasen raíces en esta que tirasen del carro en
integrasen a los nuevos en la primera
plantilla. Poca tacto con los veteranos, calendarios de pagos y primas por
objetivos incumplidos con frecuencia hacen el resto.
Ahora, el Real Zaragoza, se encuentra con un
equipo sin personalidad propia y/o poco reconocible entre la afición dado que
en torno a 10 y 15 jugadores se mueven entre entradas y salidas estivales.
Siquiera un patrón de juego es posible dado que durante el Agapitismo (cerca de cumplir su sexto año) han sido 8 los
entrenadores con metodología, experiencia y personalidad tan dispares como
Víctor Fernández, Marcelino García Toral, Ander Garitano o Manolo Jiménez.
MUCHOS DE ESTOS ERRORES graves de estructura
deportiva comienzan con la llegada del actual máximo accionista pero otros
vienen heredados y no erradicados a tiempo de la década de Solans hijo como
propietario de un club que gestionó como si de otra sociedad más de su paquete
de solventes empresas más se tratase con éxitos y fracasos personificados en él
mismo y cuya etapa acabó con algunos altibajos propios del fin de un ciclo.
Infeliz de mí que hablo de ciclos como si en
estas etapas de algún modo pudiese intervenir como un aficionado más como sí
sucedía varios lustros atrás con los Clubes Deportivos, el principio de muchos
de los males del fútbol vienen de la aplicación inadecuada de que los clubes
pudiesen ser una propiedad y por tanto la posibilidad de haber un administrador
único de las actuales Sociedad Anónimas Deportivas y en nuestro caso, que es el
que nos compete, el Real Zaragoza además fue el primero y ejemplo para los
demás en un rápido, y analizable a todos los niveles, cambio entre Zalba y
Solans padre, zaragocista de los que ya no quedan que a los pocos meses y tras
pocos meses al fallecer dejó a su hijo, el citado Alfonso Solans Solans quien
tras coger en herencia la propiedad pasados justo 10 años y con la complicidad
de la clase política aragonesa pasó su paquete de acciones al contratista,
constructor y promotor de obra pública de cabecera del Gobierno de Aragón
mientras la afición observaba curiosa y con interés los movimientos en el
entorno zaragocista.
EL AGAPITISMO está siendo una era que puede
ser considerada ya como la más negra de la historia de un Real Zaragoza que ha
vuelto la espalda a sus seguidores y del que en desacuerdo con el Presidente
hace años que marchó el Consejo en pleno plagado de pequeños empresarios,
intelectuales, economistas y abogados con un nexo común: su zaragocismo. Sin
embargo todavía quedan algunos empleados de mayor y menor rango dentro del
club.
En estos momentos la Sociedad se encuentra
saliendo del mayor Concurso de Acreedores de la historia del fútbol español con
una deuda reconocida de 145 millones de euros.
En la 2ª parte hablaremos de medios de comunicación, zaragocismo militante y las redes sociales.
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