Ayer desde que me levanté sentía algo especial en mi cuerpo, como si algo importante fuera a pasar,fue un día muy raro, todos los partidos a las nueve, y sin más fútbol de la liga BBVA en todo el fin de
semana.
Empezó el partido, y yo en casita viendoló en la televisión, mi corazón latía normal hasta el minuto 5, en el que me enteré que el Madrid palmaba ante el Granada, y pensé "¿no tienen orgullo estos madridistas o qué?".
Continuó el partido y vino el gol del Racing y otra vez de cabeza, yo estaba ya con el corazón a tope y a los tres minutos llegó el nuestro, el esperado y merecido gol de Postiga me lo puso a revoluciones inhauditas, de lo nunca visto.
(yo sigo creyendo que batí un Guiness World Record..)
Bueno los partidos continuaban y mientras Messi iba haciendo su poquer de goles habitual, el Sevilla fallaba un penalti, pero le metía algún gol al Rayo, mejor vamos con lo importante... el Zaragoza dominaba su partido y lo único que faltaba era tener puntería, porque desde el primer gol al segundo hubo nada más y nada menos que CUATRO balones que se estrellaron en algun travesaño de la portería de Mario.
Yo estaba apunto de que me diera un infarto o algo parecido, porque notaba mi corazón mas fuera que dentro de mí.Llegaron los descansos y tuve tiempo para respirar, el Granada ganaba,
el Rayo perdía, el Villareal empataba y el Zaragoza estaba con las tablas puestas en el electrónico.
Empezaba el segundo tiempo y cada vez tenía más miedo de que alguna contra de los rapidísimos Acosta y Diop nos metiera en apuros, pero la afición nunca dejó de animar desde el IMPRESIONANTE tifo organizado al comienzo del partido, hasta el pitido final, por cierto se me ha olvidado de comentar que la Romareda estaba LLENA.
En otros campos el Sevilla le iba metiendo goles al Rayo hasta llegar al definitivo 5-2, que beneficiaría al Zaragoza, el Villareal seguía igual y el Granada más de lo mismo, yo estaba a punto de rendirme y dejar de ver el partido por los nervios cuando..... la ciudad se silenció y se oyó un GOOOOOOOOOLLLLLL por todos los inhospitos lugares, bares, casas, el estadio.... yo me eché a llorar,y a gritar sí se puede, (lo siento vecindario por si desperté a alguno)mi corazón subió las revoluciones como el de la Romareda y el de los zaragocistas.
Además de quien iba a ser el gol, pues del que más se lo merecía, del único que era de la ciudad, del que más se deja en cada partido, del que mejor se porta con la afición y del que más se quiere aquí, ANGEL LAFITA.
Yo ahora pensaba que los demás equipos nos tenían que ayudar, y así fue, el Madrid le dió la vuelta al encuentro y acabó venciendo 1-2 a unos desesperados granadinos que se juegan todo en la última jornada contra el Rayo y fuera de casa, finalizaron tan mal que acabaron insultando y tirando una botella que golpeó en la cara el colegiado aragonés Clos Gomez, el cual firmó un partido brillante, y no tenían porqué quejarse.
El Valencia metió un gol en el último minuto y dejó al Villareal sin ningún punto que sumar.
Así que esta vez los resultados acompañaron aunque fueran "in extremis", porque ASÍ ES EL FÜTBOL y tantas veces como te favorece, las mismas ocasiones te perjudica.
Y mi mensaje a la afición esta vez es que todos los que vayan a Getafe tienen que representar al zaragocismo, y dejarse la voz y todo en el campo,porque todos no pueden ir y ellos son los elegidos.
Y al equipo le quiero decir que ya que han llegado hasta aquí, todo trabajo hay que terminarlo, y de que mejor forma que ganando en Getafe.
Aupa el Real Zaragoza.
Esto es increíble ¡esto es la hostia!
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