Una victoria sufrida, pero gran victoria al fin y al cabo,
que es de lo que se trataba.
El Real Zaragoza nos hizo disfrutar el pasado domingo, al
menos a los zaragocistas que deseamos la victoria, a los que no deseamos que
las cosas vayan mal en nuestro equipo para poder tirar con dardos envenenados
contra Jimenez y los suyos.
El escudo del Real Zaragoza en el Sadar |
El Real Zaragoza se jugaba mucho en Granada, como se suele
decir , eran más de tres puntos.
Se trataba , lo primero de sumar, lo segundo
superar a un rival de los que seguro van a estar abajo, de espantar los
fantasmas , al menos durante una semana, en la que la derrota nos hubiese
metido en problemas , a pesar de seguir fiera del descenso, se trataba así
mismo de que todos esos “aprovechateguis” , se tuvieran que “enfundar su hacha
de guerra” durante un tiempo, a la espera de que lleguen de nuevo las derrotas
para seguir atacando, porque sino llegan, como en el final de la temporada
pasada , se subirán al caballo ganador y nos tratarán de demostrar a todos que
son más zaragocistas que el león del escudo.
Todos sabéis que ganamos y sufrimos.
Yo, por estas cosas que
tiene el ser padre , no lo pude ver entero, vi la primera parte, en la que
nuestro Real Zaragoza borró del campo a un equipo sin alma, tal vez porque no
se ha hablado en Granada en toda la semana de fútbol, sino de los problemas
entre el club y el ayuntamiento, puede ser que estuviesen desestabilizados, que
“gente con hachas” los haya en todos los lados.
Aquí se demuestra que se hace
más daño al equipo a veces desde dentro que desde fuera.
También vi la segunda parte, con un Granada que parecía
despertar, con un Real Zaragoza que echado un poco atrás sabía administrar la
renta.
Creo que Jimenez, el entrenador milagro de la temporada pasada y la
diana de algunos planteó un partido excelente.
Pude ver también la expulsión granadina. Allí me tenía que marchar.
Parecía que todo quedaba sentenciado, parecía que me podía ir tranquilo, pero al poco tiempo me mandaban un mensaje de whassap con el gol granadino.
Con 10 y
nos ponían en aprietos.
Fueron los 10 minutos más largos en mucho tiempo. Yo iba al
Sadar con mi hija un amigo suyo y uno mío a ver el partido, con invitación.
Ya en la grada navarra, me llegó el whassap que esperaba,
habíamos ganado, ya estaba tranquilo , era feliz.
Allí en un campo con 15000 osasunistas alrededor, diciéndole
a mi peque que habíamos ganado, mi hija sonriendo y el Osasuna , el peor
Osasuna que he visto en mucho tiempo haciendo el ridículo en el césped.
Oí despotricar contra su propio equipo a una grada que los anima siempre, que jamás tira piedras contra su tejado, que lo hagan mal o peor, como el domingo, siempre aplauden… pero esta vez no, esta vez el silencio podía oírse, y eso en el Sadar es raro, muy raro.
La gente aquí está desanimada ya en la jornada 8 , apenas hablan de fútbol, prefieren no hacerlo.
Mal síntoma para una afición que se conforma con poco, y ni siquiera ese poco es lo que les da el equipo.
Para muchos de los que leéis esto seguro que es una buena
noticia, para mi no, porque yo quiero ver al Real Zaragoza a jugar aquí, quiero
poder disfrutar de mi equipo en vivo sin tener, (porque además mi situación
económica ya no me lo permite), que hacer más de 350 km de ida y vuelta a la
Romareda.
Eso sí, que vayan por debajo nuestro, estoy cansado de ser
el que sufre, el que recibe las bromas, el que a veces es mirado con sonrisa
“compadeciente”.
Esta vez soy yo el que disfruta a pesar de haber sufrido, en
Tierra Comanche… y que nos dure.
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