El Liverpool FC es uno de los equipos más grandes del Reino Unido y de
Europa, respetado y admirado por todos los lugares allá donde va. En su
increíble palmarés relucen numerosos títulos, como 19 Premier League y cinco
Champions League. Pero si no hubiera
sido por la avaricia y las ganas de ganar dinero a toda costa de John Houlding, nada de lo citado
anteriormente hubiera sido posible.
El fútbol en la ciudad
del Merseyside comenzó mucho antes. Hay que remontarse, concretamente, hasta el
año 1878. En esa época, era muy
habitual que las agrupaciones religiosas crearan equipos deportivos para
transmitir a los jóvenes sus principales valores a través del deporte. Así fue
cuando la iglesia de Santo Domingo creó el Santo
Domingo FC. En realidad, el equipo de fútbol procedía de uno de criquet. Un
año inmediatamente después, ya formalizado y constituido como club
independiente, se crea el Everton FC.
En sus inicios, los toffees atraían a un gran número de seguidores a su estadio de Stanley Park, situado entre Goodison Park y Anfield Road. Disputó su primer encuentro contra el St. Peter´s, al que le endosó un 6-0 con el que puso la primera piedra para forjar su leyenda. En 1882 un terrateniente llamado J. Cruitt cedió al club unos terrenos en Priory Road con la finalidad de que construyeran un nuevo estadio. Allí ganaron el primer título oficial en 1884: la Copa de Liverpool. Sin embargo, la asistencia iba in crescendo imparablemente y se tuvieron que mudar ese mismo año a un solar cercano, situado un poco más hacia el sur. Además, su arrendatario era el presidente John Houlding. Se trataba de Anfield Road.
Los intereses económicos de
Houlding y la creación del Liverpool FC
El Everton se las prometía muy felices en Anfield. Fue miembro fundador de la primera Liga de fútbol de la
historia (actual Premier League) y consiguió su primer título dos temporadas después, en la 1890/1891.
Todo pintaba más que bien para el equipo de Liverpool, estaba de dulce. Sin
embargo, no contó con la avaricia que tenía su presidente John Houlding, capaz
de anteponer los intereses económicos a cualquier otro asunto.
Como Anfield era propiedad de John Houlding, cobraba
a su propio equipo un alquiler de 100 libras esterlinas anuales. Y no sólo eso.
Éste se guardaba el derecho de la recaudación por la venta de entradas y el
único pub que se encontraba cercano al campo resultaba ser también de su
propiedad. El presidente justificaba semejantes ingresos y beneficios con el
dinero que posteriormente invertía para mejorar progresivamente al equipo, pero
muchos directivos dudaban de él. Era un negocio redondo.
John Houlding, creador del Liverpool FC |
Sin embargo, ya sabemos
que la avaricia rompe el saco. Los problemas comenzaron a llegar cuando
Houlding propuso subir el precio de alquiler de 100 a 250 libras anuales. La
gran mayoría de la directiva se opuso a esta obligación y trataron de llegar a
un acuerdo con el propietario, ofreciéndose a pagar un precio intermedio de 180
libras.
Todos los esfuerzos por
llegar a un consenso quedaron en vano. La única solución que propuso Houlding
era que el Everton le comprara Anfield Road por unas 6.000 libras. Los toffees, completamente hartos de su
presidente, le abandonaron y le dejaron sólo con su avaricia y, para no
satisfacer al dueño de Anfield, compraron otros terrenos en Goodison Park,
actual estadio del Everton. Incluso llegaron a pagar más de 8.000 libras, lo
que indica a qué nivel de hartazgo se encontraban del ya expresidente del club.
De las primeras complicaciones al “the team
of all the Macs”
El principal aval de
negocio de Houlding se había esfumado. Y no sólo eso, sino que tenía el campo
de Anfield totalmente vacío. Algo había que hacer cuanto antes. Es por todos
estos motivos por los que Houlding crea, junto a unos pocos miembros del
Everton, otro club totalmente nuevo. Un club que pasaría a ser uno de los más
grandes del Viejo Continente.
En un primer momento,
este nuevo club se denominó Everton FC
and Athletic Ground Ltd. (Everton Athletic para los aficionados).
Naturalmente, al Everton FC le sentó muy mal la nueva insolencia de su
expresidente y se pleiteó contra él. Es entonces cuando, el 15 de marzo de
1892, Houlding decide cambiar el nombre de Everton Athletic por el de la ciudad.
Aunque no fue reconocido por la Asociación Inglesa de Fútbol hasta el 22 de
junio de ese mismo año, así nace el Liverpool
F.C.
Con varios componentes
de los toffees, como los jugadores
escoceses Duncan McLean y Andrew Hannah, y el primer técnico de
la historia del Liverpool de la misma nacionalidad John Mckenna, empezaron a sentarse las bases de un club histórico. Había que ponerse a trabajar cuanto antes para
intentar inscribirse en competición oficial ya para la próxima temporada. Para
ello, empezaron a contar con el apoyo de unos cuantos aficionados de la zona
que decidieron sumarse a este nuevo proyecto.
El profesionalismo en
Inglaterra se implantó en 1.885 y ya llevaba varios años vigente. Los jugadores
escoceses fueron los que más provecho sacaron de tal situación. El Liverpool,
debido a su caprichoso creador, tenía muy pocos amigos en la ciudad del
Merseysede. Por lo tanto, Mckenna basó su proyecto deportivo en importar a
jugadores de su Escocia natal. Los reds lograron inscribirse para el curso 1892/1893 en la Lancanshire League, consiguiendo el
título sumando 36 puntos en 22 encuentros. En su partido en noviembre de 1892
ante el Blackpool, llegaron a estar en el terreno de juego hasta nueve
jugadores procedentes de Escocia. Debido a la gran influencia escocesa desde
sus inicios, el Liverpool pasó a ser llamado como “the team of all the Macs”
(“el equipo de todos los Macs” en castellano).
"Team of all the Macs" |
La consecución de la
Lancashire League por parte de esta generación de jugadores escoceses permitió
al equipo de Mckenna disputar la Second División
en la temporada 1893/1894 y, tras un extraordinario curso en el que no perdieron
ni un solo partido, ascendieron
inmediatamente a la primera categoría del fútbol inglés.
El derbi del Merseyside
En su debut de la
actual Premier League, el Liverpool se enfrentó por primera vez a sus vecinos,
el Everton FC. Fue un 3 de octubre de 1894 y ganaron los toffees por un contundente 3-0. Hasta septiembre de 1897, los reds no consiguieron doblegar (3-1) al
Everton. Desde entonces, el derbi del Merseyside (conocido también vulgarmente
como el “Derbi amistoso”, debido a
las estupendas relaciones existente entre los aficionados de ambos clubes), es
uno de los duelos con más historia y encanto del fútbol británico.
Se han disputado un
total de 219 derbis, con 66 victorias para el Everton, 65 empates y 88 duelos
ganados para los de Anfield. El 9 de abril de 1909 se produjo la mayor goleada
del Everton por 5-0, mientras que el Liverpool logró endosarle un 6-0 el 7 de
septiembre de 1935. El mayor goleador de los derbis es Ian Rush, delantero mítico del Liverpool y de la Selección de
Gales. Mientras que otro galés, Neville
Southal, es el que más derbis ha disputado, con 41 envites. Todos ellos con
la camiseta del Everton.
En la final de la Football League Cup de 1984 se citaron
en Wembley ambos conjuntos para disputarse el título, siendo quizá el mejor
derbi de todos. Finalizó 0-0 y en el replay,
el Liverpool se hizo con el título al vencer por 1-0. Aunque el último que se
recuerda como uno de los más emocionantes es el replay correspondiente a la quinta
ronda eliminatoria de la FA Cup de la temporada 1990-1991, que acabó con un espectacular 4-4.
Posteriormente, en otro replay, el
Everton consiguió imponerse a los pupilos de Kenny Dalglish.
Se puede decir que el
origen del Liverpool en sus inicios generó polémica en la ciudad y quizá estuvo
mucho más ligado a los intereses económicos de John Houlding. A pesar de ello,
el Liverpool ha conseguido llegar a ser uno de los mejores equipos del mundo y
las relaciones con sus vecinos del Everton son ejemplares.
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