miércoles, 4 de septiembre de 2013

El café



Hay una frase que dice: Derrota tras derrota, hasta la victoria final…¿habrá victoria final?.
Tras tres partidos y solo dos puntos en el casillero seguimos sin tener ningún motivo para sonreír.
La liga es muy larga dicen, pero tampoco se trata de darles al resto tres semanas de ventaja para conseguir puntos para empezar la nuestra.
La verdad es que yo ya ha llegado un punto en que veo al Real Zaragoza por inercia, no por convicción, es, por hacer un símil, como el café de las mañanas.
Te levantas, vas a la cocina, haces el café, le hechas el azúcar y lo vas bebiendo. A veces poco a poco, otras de un trago… en realidad no lo piensas, lo haces, lo necesitas, no te lo planteas de otra forma. No le das importancia hasta que te falta.

Pues así es para mí ahora el Real Zaragoza.


Cada fin de semana espero a la hora del partido, sin casi apenas interés, pero sabiendo que necesito verlo o como hace dos semanas oírlo. Me da lo mismo que me lo “cuenten” en inglés, argentino o en catalán. Lo necesito.
Luego le pongo la dosis justa de la esperanza en la victoria, le voy dando vueltas, sin ilusionarme demasiado y poco a poco voy dando sorbo tras sorbo.
Esta semana delante de mi ordenador me di cuenta que la dosis de esperanza, el azúcar, no había sido suficiente y poco a poco el sabor fue tornando a amargo. Hasta que por fin la amargura de la derrota, de un mal café, me llenaba la boca y pese a todo allí seguía intentando que el azúcar de la esperanza nos trajese un gol que como bien sabéis no llegó.

Esta semana de nuevo volveremos a tomar ese café, de nuevo el paso de los días va llenando el “azucarero” de la esperanza, porque ilusión ya queda poca, esperando y deseando, no solo que podamos ver una victoria, sino que la esperanza torne en ilusión, esa ilusión que prácticamente ha desaparecido empujada por los desmanes de nuestros dirigentes, por la apatía de nuestros jugadores y por las peleas entre nuestros propios aficionados.

Necesitamos que ese café, ese café que nos da la vida y a la vez nos la está quitando, deje de “amargar” a pesar de estar hecho con partes de hiel , y lo “tomamos” cada fin de semana  en dosis de 90 minutos, pese a todo.
Mientras aquí las cosas pintan mal, muy mal, jornada 3 , cero puntos, mal juego y cese del entrenador. Gracias a eso nadie me habla de fútbol, gracias a eso me puedo tomar mi café solo, solo como siempre, solo en todos los sentidos, hasta que enciendo el ordenador y veo que muchos zaragocistas están como yo , tomando un café que no les gusta, pero lo necesitan para seguir viviendo.
A la espera de una nueva dosis de café, llenando poco a poco , por inercia, el azucarero de esperanza eso es todo lo que os puedo contar desde Tierra Comanche esta semana.
No seré zaragozano, zaragocista el primero.

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