Soy un marxista convencido. He convertido
algunas de tus citas en máximas para mí, sobre todo las relacionadas con los
libros. No hay mayor verdad que, fuera del perro, un libro es probablemente el
mejor amigo del hombre, y dentro del perro probablemente está demasiado oscuro
para leer.
También soy un zaragocista convencido, pese a
todo. Y digo pese a todo porque mi Real Zaragoza se ha empeñado en convertir en
máxima otra de tus citas, aquella en la que nos decías que partiendo de la nada
hemos alcanzado las más altas cotas de miseria. Ahora mismo el “miserómetro”
está que se sale en la capital del Ebro.
Tras varios años flirteando con el desastre,
en la última temporada se consumó el temido descenso, Groucho. Y no te lo vas a
creer, pero lo que a todos los aficionados nos parece un castigo al infierno
futbolístico, resulta que para el dueño del club (perdón, sociedad anónima
deportiva, que ahora los que mandan en el deporte son abogados y leguleyos
varios) es una bendición.
Se libra de pagar los próximos plazos de la
monstruosa deuda que él mismo generó en su afán de amasar beneficios para sí a
costa de arrasar las cuentas de la entidad, aplicando casi una política de
tierra quemada. Para colmo la Liga le premia con un fajo de millones de euros
para contrarrestar el golpe que supone el descenso de ingresos asociado al
descenso de categoría. Vamos, todo ventajas.
Como el equipo le importa menos que un
comino, el dueño decide traerse como segundo de a bordo a alguien que es más destructivo
que tus hermanos Chico y Harpo juntos: Jesús García Pitarch. Entre sus
atribuciones destacan las de despedir a media plantilla usando el fajo de
millones para pagar las indemnizaciones, dejando así espacio a nuevos paquetes
que se ficharán para alegría de su bolsillo y del bolsillo del dueño, que
recibirán sus merecidas comisiones.
Por desgracia para ellos, la malvada LFP les
impide fichar a diestro y siniestro porque les obliga a cometer el horrible
crimen de mantener las cuentas saneadas. Y como muy pronto se acaba el dinero
para fichar (incluso aunque se fichen paquetes), desde el club recibimos los
vituperios de un zaragocista de pro, que nos recuerda a todos los que no nos
hemos abonado que somos unos antizaragocistas, así, con todas las letras.
El propio Pitarch nos amonesta a los
zaragocistas recordándonos que, tan solo con que 3000 de nosotros nos
abonáramos, se podría fichar a un jugador más. En conclusión, que la culpa de
que no lleguen fichajes es nuestra y de nadie más, ¡antizaragocistas, que somos
unos antizaragocistas! Y para rematar nuestro oprobio, tras el mercado de
fichajes, nos dice que hay que disfrutar del año en Segunda, que los años
anteriores no existen y que no pensemos en el que viene.
Groucho, a mí esto me da muy mala espina.
¿Que los años anteriores no existen? De modo que la desgraciada gestión del
dueño no es responsable de la situación actual, con deuda inmensa, en Segunda y
con una plantilla para pelear por no descender… y perecer en el intento. ¿Que
no pensemos en el año que viene? A ver si va a ser que no hay futuro, y que la
desaparición del equipo está a la vuelta de la esquina… Total, poco más le
queda por rapiñar al dueño.
Mientras, el segundo de a bordo realiza
eficaces limpiezas en el club, y no solo en el ámbito deportivo. Despide a
gente válida y trabajadora (sí Groucho, aunque no te lo creas, también había
gente así en el club hasta hace unas pocas semanas), y asienta a sus
colaboradores en los puestos de responsabilidad. ¿Que cuánto cobran? Pues no
poco, y a ellos no les dice la LFP que se recorten el sueldo, mira tú por
dónde.
Ya ves cómo están las cosas. El dueño trajo
la nada a este equipo histórico, ninguneando sus símbolos y éxitos,
emponzoñándolo con desprestigio, y posiblemente gastando dinero solo para
comprar partidos que permitieran seguir en la máxima categoría un año más. Su
primer fichaje fue un argentino, como el último, pero no se parecen ni en el
blanco de los ojos. La más alta cota de miseria sigue creciendo y creciendo, y
cuando nos despeñemos por ella no habrá solución, será el fin.
Este sábado tendremos el oprobio de jugar
ante las cámaras de la tele para que todo el país se ría de nosotros. Querido
Groucho, hago mías de nuevo tus palabras al decir que la televisión es muy
educativa. Cada vez que alguien la enciende, me voy a la biblioteca a leer un
buen libro. Eso debería hacer yo el sábado, pero maldito sea mi zaragocismo,
que me impele a ver los partidos de mi equipo. Pero te prometo que tendré el
libro a mano, por si me puede la tentación y apago la tele pese a todo. Ya te
contaré. ¡Un abrazo y saludos a tus hermanos!
parate muchacho!!!
ResponderEliminarque tenemos una plantilla para no descender y perecer en el intento???
supongo que este articulo tengo que entenderlo como una broma de mal gusto aunque no sean los santos inocentes no????
Me parece que Zico ha dicho verdades como puños
ResponderEliminarPor desgracia comparto la opinión del segundo anónimo.
ResponderEliminarDigo por desgracia porque me gustaría que todo fuese una broma, que nuestra situación, nuestra plantilla, fuese otra, pero no, la plantilla es mala, el dirigente peor y la situación económica penosa.