La historia se repite

Hoy ha arrancado la temporada ininterrumpida para el Real Zaragoza. Con la plantilla cerrada, con todos los jugadores disponibles (Salvo los lesionados) llegábamos a San Sebastián con la intención de sacar un buen resultado. Las circunstancias, las pruebas de Manolo Jiménez, el planteamiento, hicieron que el trivote en el centro del campo, compuesto por Jose Mari-Zuculini-Babovic, extrañara a gran parte de los aficionados ya que se vislumbraba que nuestra arma sería el juego sin balón.
Nos fue bien en los primeros 20 minutos en los que estuvimos muy bien posicionados y ahogamos a una Real Sociedad que no pudo pasar de su campo. Me gustaron especialmente las asociaciones Oriol-Postiga y Sapu-Babovic. De esta primera surgió la primera ocasión: Un disparo fuerte de Helder Postiga que Bravo acabó desviando. En los siguientes minutos el portugués volvería a intentar disparos de primeras sin fortuna. La siguiente ocasión estuvo en un remate blandito de Álvaro González a las manos de Bravo.
Sin embargo, la ocasión más clara fue para los donostiarras. Aguirretxe remató a bocajarro y Roberto, magistralmente, detuvo el disparo.










Tras la primera media hora el equipo, como en los dos partidos anteriores en casa, se vino abajo -De ahí el titular-.
El primer gol fue, para no perder la costumbre y certificar todavía más el titular, a balón parado. Iñigo Martínez mando a las redes de un cabezazo el balón tras un corner. Quizás la asignatura a mejorar con más urgencia. El Real Zaragoza desapareció a partir de ese momento y el segundo gol llegó tras un penalty estúpido del capitán Javier Paredes. Tras este gol, el Real Zaragoza se dedicó a deambular por el campo. Ni un tiro a puerta, ni un solo acercamiento...
Mucho que mejorar física y mentalmente para la próxima semana. Osasuna nos espera.