miércoles, 9 de enero de 2013

Los mercados invernales del Real Zaragoza

Comienza el mercado de invierno 2013. Esta etapa del año la suelen utilizar los equipos para rastrear los diversos mercados internacionales y hacerse con los servicios de jugadores que suplan las carencias que sufre la plantilla. En España, debido a la crisis que atraviesa el fútbol español, se buscará lo bueno, bonito, barato. Los equipos no pueden permitirse ningún gasto excesivo.

En el Real Zaragoza ocurre más de lo mismo. Jiménez ha repetido hasta la saciedad que “no vendrá nada que no mejore al equipo”. Y si llega algún refuerzo, siendo un delantero lo más reclamado por el preparador zaragocista, deberán salir antes los jugadores que no cuentan como Lanzaro y Doblas. Además, la más que posible salida de Aranda y que Goni haya recalado en el Sabadell, facilitan los hipotéticos refuerzos.

Para analizar los mercados invernales del Real Zaragoza hay que separar dos épocas. En enero de 1995 fue cuando, verdaderamente, comenzó el mercado invernal, porque hasta esa misma temporada, 94/95, se podía fichar en cualquier época del año.

Santos llegó en marzo de 1963 para lo que restaba de temporada y tres más

Aunque se suele fichar en invierno y una vez iniciada la temporada para suplir carencias, fruto de una mala planificación anterior, en el Real Zaragoza no siempre ha sido así. Muchos jugadores que han dejado huella en el club formaron parte del equipo por estas fechas, si no en enero, bien una vez empezada la segunda vuelta.

Por ejemplo, en febrero de 1959 llegó a la capital del Ebro Duca, el primer zaragocista brasileño de la historia. Además fue el primer jugador en anotar un penalti a favor del Real Zaragoza en La Romareda ante el Valencia ese mismo año y fue, además, el primer jugador blanquillo en marcar un gol europeo oficial, ante el Glentoran (Irlanda del Norte) en la temporada 62/63, ya que el primer gol lo introdujo Bourne en su propia portería.

Violeta y un Magnífico

Uno de los jugadores más importantes del Zaragoza en sus 80 años de historia, José Luis Violeta, se vistió como zaragocista por primera vez un 4 de enero de 1961. Fue en un amistoso ante el Huesca (2-3 a favor de los maños). Violeta se encontraba en el Juventud (entonces filial zaragocista). Estuvo a punto de irse cedido al Rayo Vallecano, pero finalmente se le hizo ficha con el primer equipo. Sin embargo, el“León de Torrero”, no debutó hasta la temporada 63/64, siendo cedido en la anterior al Calvo Sotelo. Su gran actuación en el conjunto de Puertollano le facilitó un hueco en la plantilla de Los Magníficos.

Pero el primer fichaje de un gran jugador fue, precisamente, uno de Los Magníficos, Euleterio Santos. Se encontraba en el Tenerife, y en marzo de 1963 firmó por lo que restaba de temporada y tres años más.

"Lobo" Diarte, uno de los mejores delanteros del Real Zaragoza
Unos años después se empezó a gestar otra gran etapa zaragocista, Los Zaraguayos. Y en enero de 1974 llego Carlos Martínez “Lobo” Diarte. Formaba parte del Olimpia de Asunción y llegó al equipo maño aconsejado por otro zaraguayo, Nino Arrúa. Curiosamente, ese mismo mes, el Zaragoza vendió a su actual presidente, Fernando Molinos, al Espanyol por cuatro millones de pesetas.




Rafael García Cortés, llegó desde el Real Madrid por 19 millones de pesetas en diciembre de 1982. En la temporada 1987/1988, el fichaje de Rijkaar por el Sporting de Lisboa se frustró y el Zaragoza consiguió su cesión para los meses comprendidos desde febrero a junio costándole 20 millones de pesetas (tras su estancia en Zaragoza, ganó el balón de bronce y fue jugador clave en el Milán de Sachi).

Tras saborear el éxito en Barcelona, Víctor Muñoz llegó en la segunda vuelta de la temporada 1990/1991 para ayudar al equipo a conseguir la permanencia (conseguida en la promoción contra el Murcia). A cambio Zalba, actual presidente zaragocista, le prometió un puesto en el área deportiva del club para la temporada siguiente. Dos años después, arribaron Santiago Aragón (en marzo, con una cesión más opción de compra por 50 millones) y Mohamed Alí Amar, “Nayim” (en abril por otros 50 millones), que marcó dos temporadas después el gol más importante de la entidad aragonesa.

En el año que sólo se permitió fichar en unos meses determinados (en el caso del mercado invernal, en enero), llegó un campeón del mundo, Marcos Evangelista de Mosaes, “Cafú”, cedido hasta junio por la firma Parmalat. Hasta los siete fichajes de 2010, los más destacados son Gustavo López en 1996, Jamelli, procedente del Kashiwa japonés en 1998 (a la vez se marchaba cedido al Wolverhampton Jesús García Sanjuán), las incorporaciones de Movilla y Dani García en el 2004, fundamentales en el “galacticazo”; y las vueltas de Esnáider, Milosevic y Ponzio en el 2001, 2002 y 2009, respectivamente.

La revolución invernal

En los últimos tres años, el Zaragoza llegó a este periodo en descenso y necesitaba un cambio en la plantilla urgentemente. Entre ellos, destaca el enero de 2010, porque se produjo una revolución en el mercado de invierno en toda regla. Llegaron siete jugadores nuevos: Edmilson, Roberto, Contini, Colunga, Jarosik, Suazo y Eliseu. Estos fichajes ayudaron al equipo a lograr la permanencia.

Apoño fue fundamental en la espectacular permanencia del año pasado

En el 2011 también se precisaban refuerzos, aunque sólo llegaron N´Daw, que apenas jugó, y el central paraguayo Da Silva. Al año siguiente también se necesitaron refuerzos. La situación del equipo era muy cruda y desesperada. Además, las dificultades se acrecentaron con la salida del capitán, Leo Ponzio. Sin embargo, se logró contratar a Aranda, Pablo Álvarez, Dujmovic y Apoño, que ayudaron en la medida de sus posibilidades para la consecución de la épica permanencia.

Mercados invernales en los que, definitivamente, ha ocurrido de todo. Desde actuar a la desesperada en los últimos años para suplir las acuciantes crisis, hasta contrataciones que, posteriormente, dejaron una huella indeleble.

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