martes, 16 de julio de 2013

CORRUPCIÓN EN LA COMPETICIÓN


El Presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, se ha autoproclamado abanderado de la lucha por el juego limpio en el fútbol español, y cada dos o tres semanas le vemos paseando por los medios de comunicación denunciando que tal partido fue amañado, y que se llegarán hasta las últimas consecuencias con tal de demostrar a todos que la LFP no tolera semejante comportamiento.

La semana pasada el escándalo que Javier Tebas destapó estaba centrado en dos equipos de la Segunda División, y en la última jornada de Liga, en la que el Rácing de Santander, ya descendido, ganó por 3-0 al Hércules, salvado pocas jornadas antes. La acusación está relacionada con las apuestas deportivas, que desde que se han generalizado gracias a internet, parece ser un filón a explotar por parte de gente sin escrúpulos. Para esta gente, adulterar la competición es un medio justificado por su fin de enriquecimiento rápido.


Sin embargo, no es la primera vez que Tebas se tira a la piscina sin acabar de concretar nada más que una serie de amenazas. En este caso, dijo que suspendería cautelarmente la inscripción de ambos equipos en sus respectivas categorías, por si se daba el caso de que la posible sentencia en que desemboque todo este asunto llegue después del inicio de la competición. De este modo, los descensos se harían efectivos sin que ello suponga un mayor perjuicio para los demás equipos.

Pero claro, uno recuerda ahora el revuelo montado tras las declaraciones del hoy zaragocista Barkero sobre las actitudes de algunos de sus excompañeros sobre el césped, el día que el Deportivo de la Coruña marcó cuatro goles al Levante en la primera mitad. Recuerda como entonces Tebas se cansó de prometer justicia, y de que los culpables pagarían, y a día de hoy, no hay nada de nada.

Javier Tebas, para quien no lo conozca, es un abogado oscense especializado en materia deportiva, que no fue capaz de contentarse con desarrollar su labor profesional desde un despacho, pues necesitaba ser el centro de atención. En las paredes de su despacho, junto con su titulación y licencia, aparecen enmarcadas las apariciones estelares que Tebas ha ido protagonizando en la prensa nacional a lo largo de su vida. No contento con presidir clubes de provincias, buscó dar el salto a la LFP lo antes posible, donde muy pronto se acomodó como portavoz en uno de los temas estrella de la misma: el reparto de los derechos televisivos.

Cuando todos los equipos menos dos (los de siempre) se alzaron contra el desigual reparto del dinero de las televisiones, Tebas logró ponerse a la cabeza de dicho movimiento, y poco a poco, fue convenciendo a todos los equipos de la categoría de plata de que les iría mucho mejor apoyando a los dos grandes que a los otros 18. Al final logró que casi todos los equipos de ambas categorías pasaran por el aro del reparto injusto, y los clubes que no claudicaron (el Zaragoza entre ellos) empezaron a ser víctimas de una persecución mediática y de unos horarios disparatados, que les afectaba a ellos y a sus aficionados de manera significativa.

Tras la salida del anterior presidente de la Liga, José Luis Astiazarán (también salpicado por una gestión corrupta al frente de la Real Sociedad) tan solo Tebas se presentó a las elecciones para sustituirle. Desde entonces se ha destacado por su encendida postura en contra de los amaños deportivos, pero hay que preguntarse cuál puede ser el origen de todo esto. La LFP es la primera interesada en mantener el estatus actual de liga bipolar, por el lujo que supone contar en esta competición con dos equipos de la talla económica a nivel mundial que son el Madrid y el Barcelona.

De modo que Tebas, quien prometió defender a los más pequeños y humildes, mantiene el desigual reparto de los ingresos por la televisión. ¿Tal vez los clubes busquen amañar partidos para obtener algún ingreso extra? Tebas jura y perjura que hay más casos y los destapará, pero la verdad es que en el primer caso, quien tiró de la manta fue un futbolista, y en el segundo, nada menos que la UEFA. Es decir, Javier Tebas siempre actúa a remolque, él no es capaz de encontrar esos casos y denunciarlos. Todo ruido y ninguna nuez, a la hora de poner soluciones.

Y esta es la palabra clave, denuncia. A día de hoy ni el Levante, ni el Deportivo, ni el Hércules ni el Rácing han sido formalmente acusados de nada. Ya en 2010 el mismo Hércules estuvo en la picota con una grave acusación de compra de partidos, grabaciones telefónicas irrefutables incluidas, y aquí no ha pasado nada todavía. En 2009, un jugador del Tenerife reconocía haber recibido dinero del Málaga por dejarse ganar, de modo que los andaluces ascendieran a Primera División. En 2007, un jugador del Levante reconocía haber recibido dinero del Athletic de Bilbao para dejarse ganar en la última jornada de Liga, de modo que los vascos pudieran evitar su descenso, llegando a decir que dicho amaño estaba en conocimiento de Ángel María Villar. Y de nuevo, no ha pasado nada.

Entonces, queda en el aire la amarga sensación de que la competición no está corrupta solo en lo deportivo, donde unos equipos compran partidos y otros juegan con las apuestas para enriquecerse. También en lo institucional hay un tufillo corrupto que no parece que se pueda lavar de ninguna manera, puesto que la impunidad para amañar parece absoluta, incluso con la connivencia de los mandamases de nuestro fútbol. Hay que reconocer la necesidad de la Liga de mantener en sus pedestales a los dos grandes, a costa de hacerlo sobre los restos de los otros 40 equipos de las dos principales categorías del fútbol español. Y aquí Tebas, cual ave de carroña, se maneja a sus anchas.


Alfonso Felez "Zico"

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