Al gran partido que estaba haciendo nuestro equipo se ha encargado de contrarrestarlo al árbitro con sus decisiones. Es increíble que nos traten así.
A pesar de las grandes ausencias que tenía nuestro Real Zaragoza ( Roberto y Sapunaru no fueron de la partida ) nuestro equipo saltó al césped con una idea clara que no era otra que la victoria.
A los 3 minutos de juego un robo de balón por parte de Montañés, habilitó a Hélder en el área que fué derribado por la defensa valencianista cuando se disponía a disparar a puerta. Penalty clarísimo y tarjeta amarilla a pesar de que el público pedía la roja ( yo creo que en esta decisión acertó el trencilla ).
Como no, gol de Apoño desde los once metros ( ocho de ocho ). Seguimos forzando la máquina y buscando el gol con un Rochina espectacular aunque un poco individualista, un Montañés impresionante y Hélder luchando y buscando el gol, que llegó en un gran remate de cabeza en la frontal del área.
Nos la prometíamos muy felices con un 2-0 a favor y jugando como hacía días. El tribote funcionaba a la perfección ( José Mari, Apoño y Movilla ) y sin pasar demasiados apuros en defensa. Pero todo esto cambió gracias al árbitro. Metió en el partido al Valencia regalándoles un gol en un clarísimo fuera de juego de Soldado. Llegamos al descanso con la ventaja de un gol pero con mal sabor de boca ya que no merecíamos el gol en contra. Para colmo de desgracias Apoño, jugador clave para nuestro equipo, se retiró en camilla al filo del descanso y ya no pudo salir en el segundo tiempo
El segundo tiempo salimos enchufamos, buscando el gol que sentenciara el partido. Tuvimos nuestras oportunidades pero no entró el gol. En cambio, en un fallo defensivo al saque de una falta por parte del Valencia llegó el empate.
Este gol noS dejó muy tocados sufriendo durante un buen rato del segundo tiempo, que se agravó con la expulsión de Leo Franco por tocar el balón con la mano fuera del área. Esto motivó el debut en primera división de Pablo Alcolea que, lejos de asustarse respondió con dos grandes intervenciones que salvaron el empate.
En un arranque de furia final fuímos a por el partido con todo y en el último minuto el árbitro nos anuló un gol que debería haber subido al marcador. Es muy fácil anular esos goles en la Romareda, me gustaría saber si se hubiese atrevido a anularlo en el Nou Camp, o en el Bernabéu, o en el Sadar...
Aquí es muy fácil machacarnos y no asustarse.
Hay que quedarse con el gran juego de nuestro equipo y con la actitud de los jugadores durante todo el partido. NO HAN DE PODER CON NOSOTROS. AUPA NUESTRO REAL ZARAGOZA !!!!
Carlos Gómez
